Best-Hall ha cumplido con su palabra y calcula la huella de carbono de sus edificios. Los cálculos sobre la huella de carbono de la vida útil de un almacén que proporcionamos a un cliente alemán indicaban las emisiones que generaba el edificio, desde la obtención de las materias primas, la construcción y el uso hasta la demolición del edificio.
Calcular la huella de carbono de los edificios sigue siendo una tarea voluntaria, pero dentro de pocos años será obligatoria en muchos países. En Finlandia, esperamos que esto pase en el año 2025. En Best-Hall nos hemos anticipado a la imposición de calcular la huella de carbono y ya podemos determinar la huella de carbono de nuestros edificios para los clientes que estén interesados en tomar esta medida de forma voluntaria.
Empleamos un software de cálculo desarrollado para hacer una estimación de la huella de carbono de un edificio y los costes de su ciclo de vida. El software se ha diseñado especialmente para el sector de la construcción e incluye una amplia base de datos sobre los efectos de las emisiones en diferentes materiales de construcción y formas de energía, entre otros aspectos. En el software se indican las cantidades de materias primas y el consumo de energía que se emplean en las diversas fases y, con esos datos, el programa lleva a cabo el cálculo de la huella de carbono de la vida útil del edificio.
Un cálculo para trabajar con responsabilidad.
Antes de Navidad, proporcionamos a un cliente alemán el cálculo de la huella de carbono. La empresa, que opera con la responsabilidad en mente, quería un documento que indicara las emisiones generadas por sus edificios para controlar la huella de carbono de su propio proceso productivo. Este cálculo también es útil para la planificación de la eficiencia energética.
El cálculo indica que las emisiones más importantes generadas por el almacén en cuestión proceden de la producción de las materias primas: hormigón, acero y revestimiento de PVC. En la mayoría de los casos, el responsable de las emisiones más significativas es el sistema de calefacción del edificio durante su ciclo de vida. Este frío edificio no contaba con sistema de calefacción, así que solo se usaba energía para el aire acondicionado. Sin embargo, este porcentaje suponía el segundo más alto con una vida útil habitual de 50 años.
Figura. El cálculo muestra información como la generación de emisiones de dióxido de carbono en diferentes etapas del ciclo de vida del almacén.
Este cálculo ayuda a los gestores a tomar decisiones responsables
Para sacar más partido al cálculo, debería llevarse a cabo en la fase de planificación. En esta etapa, el constructor puede utilizar ese dato para elegir la mejor opción en términos de impacto ambiental y eficiencia energética entre diferentes materiales y formas de energía. En el cálculo también se pueden incluir precios. Así, podemos comprobar que opciones como un aislamiento más grueso o una ventilación que tenga en cuenta la eficiencia energética pueden resultar más rentables, ya que observamos una amortización en forma de ahorro de costes de energía.
El objetivo de Best-Hall consiste en guiar a sus clientes para que construyan edificios con responsabilidad ambiental. Cuando se necesitan instalaciones de almacenamiento de gran tamaño, la combinación de una estructura con marco de acero con revestimiento pulverizado y tejido de PVC suele ser la mejor solución.
