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Los pintores están satisfechos con sus condiciones de trabajo: en el taller de pintura se respira buen ambiente

Marjo Niemi y Kimmo Pylväinen, pintores experimentados, están satisfechos de que en el taller de pintura de Best-Hall ya no sea necesario el uso de pesados equipos de protección. El paso de la pintura por pulverización a la pintura electrostática es una solución más ecológica y también más segura sin disolventes.


«Una luchadora». Así describe Kimmo Pylväinen a su compañera de trabajo Marjo Niemi, que trabaja en el taller de pintura de Best-Hall apilando las piezas de acero utilizadas en las estructuras del armazón de las naves.

«También tenemos que hacer mucho trabajo con la grúa», explica Marjo.

El término «luchador» también caracteriza a Kimmo como un profesional de hierro que, con la seguridad que le ofrecen sus 24 años de experiencia, reconoce cada elemento y pieza que llega al taller de pintura.

«Hay que tener memoria para saber en qué punto del armazón de acero de la nave va cada elemento», aclara Kimmo.

Ambos pintores cuentan con una larga trayectoria en el tratamiento de superficies de los armazones de acero de Best-Hall.

La diversidad de las tareas es lo que ha mantenido a ambos en su trabajo.

«Además de asegurarnos de que el elemento correcto vaya al sitio correcto pintado del modo adecuado, hacemos inspecciones de calidad y mediciones, por ejemplo, del grosor de las capas de pintura. En caso necesario, también hacemos reparaciones de pintura», cuenta Marjo, que lleva trece años en la empresa.

marjo y kimmo

Bueno para las personas y para el medioambiente

En los últimos años, Best-Hall ha trabajado en particular para minimizar el efecto de sus construcciones en el medioambiente y desarrollar la seguridad laboral. En el taller de pintura se dio un gran paso en el año 2013, cuando Best-Hall cambió la pintura pulverizada por la pintura electrostática.

Para los trabajadores del taller de pintura, el cambio a una técnica más respetuosa con el medioambiente se tradujo en mejores condiciones de trabajo.

«El aire que respiramos es más limpio, pues no hay vapores de disolventes. Antes, llevábamos puesta la mascarilla protectora todo el tiempo; ahora, en la sección de embalaje ni siquiera es necesaria. Durante el proceso de pintura en sí se utilizan protectores bucales, pues allí se manipula pintura en polvo», explica Kimmo.

«Ahora ya no son necesarios en absoluto los pesados disolventes que producen residuos tóxicos. Con la pintura pulverizada, la pintura también salpicaba y se desperdiciaba, cosa que se ha eliminado con la técnica de la pintura electrostática», dice Marjo.

Un producto de calidad es un producto duradero

Una pieza de acero tratada con pintura electrostática se calienta hasta los 160 grados, lo que hace que la pintura se extienda en una capa uniforme por la superficie. La técnica agiliza el proceso porque no se necesita tiempo de secado. En comparación con el galvanizado en caliente, el proceso de pintura requiere notablemente menos energía, y la superficie lisa pintada no desgarra el tejido de revestimiento de la nave con tanta facilidad.

«La pintura electrostática hace que la nave sea más resistente y prolonga su vida útil. Un producto duradero suele ser la mejor opción en consideración con el medioambiente», resume Kimmo.

Marjo y Kimmo afirman que, en el trabajo de pintor, es fundamental pensar en el ciclo de vida completo del producto.

«La construcción de una nave es un trabajo en equipo. Es necesario conocer también las tareas de los compañeros y saber reaccionar a ellas: de ese modo, el proceso funciona y se consigue el mejor resultado final posible».